Dicen que dias de mucha expectación, dias de decepción. Pues eso es lo que ilustró el Domingo de Ramos en Úbeda. Un día esperado y deseado por todos los amantes de las semana santa y que tiró por tierra todo el trabajo y todas las ilusiones de los cofrades.
Decir que ambos pasos lucían esplendorosos, que la restauración del trono de Jesús apunta muy buenas maneras. y que un gran número de ubetenses esperaban ansiosos que las puertas d la Trinidad se abrieran a las 18 horas para dar comienzo a nuestra semana mayor. Pero el tiempo se encargó de tirar por el suelo esa ilusión.
Veremos que pasa hoy con Nuestra Señora de Gracia.
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