Como ya va siendo casi habitual en Úbeda, nos desayunamos, esta vez, con uno de los árboles de la calle Alonso de Molina, caido en el suelo, arancado de raiz. No sabemos si ha sido un acto vandálico ó fruto de algún error automovilístico. La verdad es que siempre que se intenta "vestir" nuestra ciudad para que sea una ciudad limpia, bonita y acogedora, siempre hay alguien o algo que lo fastidia.
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