
Como es normal al pisar Compostela, algo te falta si no visitas al Apostol. Pues eso fue lo que hicimos. Al entrar a la Plaza del Obradoiro la sensación de grandeza es impresionante, te sientes una hormiga al lado de edificios tan importantes como la catedral, el parador de los Reyes Católico y el Gobierno Gallego. Cientos de personas apostadas en los pórticos, unos descansando, otros admirando tan bellas cosntrucciones y otros en total silencio hablando con Santiago y recordando la penuria del camino.
Santiago es una ciudad intrigante, en cada esquina puedes encontrar gente tocando la gaita, cantando y montando un espectáculo callejero para conseguir algún dinerillo. Eso es Santiago de Compostela, religiosidad, recogimiento, emoción y entretenimiento.
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