El día 29, festividad de San Miguel amaneció tranquilo a la espera de ver salir al patrón por la puerta del convento de los Frailes. Una procesión ordenada con un pero, a mi gusto el trono debió ir arropado por los allí presentes y no tan solo.
Gran tarde de toros con la maravillosa actuación de El Cid y Morante.Dos ejemplos distintos de entender el toreo pero con la misma profundidad y verdad de dos figuras.
El real de la feria preciosamente engalanado para la ocasión, era del gusto de todo visitante. Un verdadero hervidero de gente acudió durante toda la jornada.
Como colofón al día grande, una magistral obra de teatro con cinco actrices de máxima categoría. Lleno absoluto.
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