Suelen decir que se sabe cuando un albañil entra en una casa para hacer reformas, pero nunca, nunca se sabe cuando salen. Pues los albañiles que trabajan en las reformas del palacio Anguis Medinilla deben sentirse como en casa porque dejan con cuidado sus cascos.
Lo que me gustaría saber es qué piensa esta estatua del uso que le han dado.
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